Recreación de Siega y Trilla
Con estas jornadas participativas, se quiere rememorar una de las labores agrícolas tradicionales de nuestros padres y abuelos, hoy en día relegado al olvido debido a la mecanización. De esa forma se muestra a las nuevas generaciones un oficio y una forma de vida estival no tan lejanos. Y a los que lo han vivido recuerdos y la posibilidad de participar.
En el mes de Julio, aproximadamente, se segaba la mies (cereales maduros listos para ser recolectados). Era una de las labores del campo más importante del año en la que participaban todos los miembros de la familia. La jornada empezaba entre dos luces, cada uno de los segadores venían con su hoz (instrumento para cortar la mies) y su zoqueta (instrumento de madera), que se ponían en la mano a modo de guante, metían 4 dedos con el fin de resguardarlos de la hoz mientras iban cortando la mies dejándola en pequeños montones llamados gavillas para posteriormente atar varias juntas en fajos.
Estos fajos de mies se llevaban a la era a lomo de mulos o caballos de trabajos (acarreo) y allí se extendía. Después se enganchaba el trillo ( tabla de madera de forma rectangular, curvada en su parte delantera; en su parte inferior poseía varias sierras dentadas y gran cantidad de piedras de pedernal con filo) a dos caballerías o bueyes y comenzaban a dar vueltas a la parva (cereal extendido sobre la era). El trillador, que se acomodaba en la parte superior del trillo, y era el encargado de conducir la yunta de machos o bueyes y de avivar el paso de los animales cuando las circunstancias así lo requerían.
Con la llegada de los tractores y trilladoras en la década de los años 60, esta labor fue desapareciendo. De todo ello sólo queda el recuerdo y algunos enseres agrícolas conservados en casas y museos como testigos mudos de un pasado no tan lejano.